Arno Stern
Kassel, Alemania, 1924. Investigador y pedagogo, precursor de la Educación Creadora. Ha participado en congresos (en Bristol como experto técnico de la UNESCO), en Berkeley, Barcelona, Treviso, Ravenna… da innumerables conferencias y cursos, en universidades, museos, escuelas y centros culturales de todo el mundo. Crea talleres en hospitales, escuelas, centros sociales e instituciones culturales. Dirige el Closlieu, taller donde se lleva a cabo el juego de pintar, que abrió en París, ciudad donde reside. Es el fundador del Instituto de Investigación en Semiología de la Expresión y cuenta con la colaboración de biólogos, antropólogos, genetistas, psicólogos, neurofisiólogos y prehistoriadores, entre otros. Es autor de varios títulos publicados en francés, inglés, alemán, italiano, polaco y hebreo. Sus libros traducidos al castellano son Del dibujo infantil a la semiología de la expresión (Samaruc, 2018) y Feliz como un niño que pinta en Trampa ediciones, 2019.
En 1933 Hitler toma el poder y Arno Stern escapa junto a sus padres de la Alemania nazi. Después de haber pasado gran parte de su infancia huyendo y tras una larga temporada en un campo de trabajos forzosos en Suiza, Arno acepta su primer encargo en 1946 e ingresa, con apenas 22 años, en una institución para huérfanos de guerra, iniciando así, preparado por la vida de forma tan singular, el trabajo que le ocupará para siempre, con un grupo de niñas y niños judíos, huérfanos de guerra, a los que va a poner a pintar. Arno carece de ideas previas acerca de lo que va a hacer y no tiene conocimiento alguno de lo que por esa época se piensa, se practica o se ha publicado sobre los dibujos de los niños. Tiene a los niños pintando allí y pone sus cinco sentidos en las necesidades materiales que van apareciendo, en las demandas que le hace cada niño para atenderlas de la mejor manera posible sin imaginar la trascendencia de lo que está haciendo. Dotado de una mirada inocente y atenta, de inmediato comprende el papel primordial del juego que provoca y más delante decide crear el Closlieu: un espacio con las condiciones óptimas para llevar a cabo el juego de pintar.